Tonada

La tonada suele recibir otros nombres tales como acento, entonación, dejo, canto, cantito. En este proyecto, se utiliza “tonada” o “dejo” con el sentido de melodía particular de una región producida por variaciones en la entonación, en la duración o intensidad de algunos sonidos o sílabas. La tonada o dejo da identidad, idea de pertenencia a una región o a un grupo social. En la provincia de Córdoba, se perciben numerosas tonadas o dejos, marcadas por la influencia del asentamiento de distintos pueblos indígenas, por distintas corrientes inmigratorias o por la cercanía de sus hablantes, en zonas limítrofes provinciales, con población de otras regiones del país.

Escuchemos hablar a algunos villarrosarienses

No sé, en el río está, este, es muy lindo, pero qué se yo, otro, ¿otro lugar? Sí, está el escenario que hacen los festivales. De folclore, el folclore en el agua. Sí. Y lo hacen en enero, los primeros días de enero.

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Y… Villa del Rosario tuvo siete nombres. El último, el actual, es el último nombre. El único que me acuerdo es Villa de los Ranchos, Villa Real de los Ranchos, fue uno de los nombres. Y después, por la Virgen del Rosario, se pasó a llamar Villa del Rosario.

Esta tonada está marcada por la influencia de las etnias que vivían a los alrededores, Comechingones y Sanavirones. Dada la cercanía de Villa del Rosario a la ciudad de Córdoba, la tonada de esta localidad guarda una gran similitud con la tonada capitalina; es decir que en Villa del Rosario también se deja oír alargamiento del sonido vocálico de la sílaba pretónica (sílaba anterior a la sílaba tónica) y de las vocales de la sílaba tónica en palabras esdrújulas de tres sílabas. También resulta característico el alargamiento de final de palabras.

Escuchemos

Tengo mis frutos. Y… porque se me ha dado, estoy agradecido del Todopoderoso. Así que estamos bien… tengo algo, siempre le estoy haciendo algo a la casa, que pinto, que esto, que esto, todo en la casa. Y hago los mandados…

No, eh, si vos me preguntás de cuántos somos, somos un montón. Como todas las familias, somos… Pero, eh, el entorno más inmediático, más inmediato, digamos, sí, somos … Ehm, yo tengo mi mamá sola, por ejemplo, eh, mi padre falleció.

En estos ejemplos se puede percibir como en las palabras ‘mandados’ y ‘montón’ se produce un alargamiento de la vocal de la sílaba anterior a la sílaba naturalmente acentuada en español. Es decir, se oye algo así como maanDAdos [ma:nꞌdaðos] y moonTÓN [mo:n'ton] en lugar de [manꞌdaðos] y [mon'ton].